Tras quedar primeros clasificatos de entre 21 equipos de toda Galicia, pescando en casa y a seca, nos tocaba la suerte y aventura de participar en el Campeonato de España Liga de Clubs, que tendría lugar en el Río Gallo - Molina de Aragón - Guadalajara. Aquí dejo una crónica sobre la experiencia, con un toque de humor y con más acento en las vivencias que en la competición pura y dura. Espero que disfruteis del relato y las imágenes.
Viaje y toma de contacto:
En la madrugada del martes 21, cuatro quijotes xalleiros, encajaban los trajes de faena y sus lanzas bien plegaditas en el grande pero necesario maletero del C4 Gran Picasso (el Visiospace) que con toda aquella superficie acristalada, disfrutar del vuelo de los buitres y del impresionante paisaje del Parque Natural del Alto Tajo, ya era cosa segura, además, a la postre resultó un coche muy, muy cómodo para durante todo el viaje.
En Benavente los caballos pedían agua, paramos a desayunar y cargar depósito, la manguera no encaja bien y salta cada medio litro, le vamos dando sorbitos de GASOLEO hasta sumar 5 litros, y viendo que igual había que darle el gasoleo a cucharadas, miramos de cerca la trampilla del combustible, donde se lee en una pegatina verde; "GASOLINA SIN PLOMO" ¡CAJUNDIÓS, el barco es a gasolina! Que sepais que hasta un 10% de gasoil en la gasolina no afecta al rendimiento del motor... al menos en esta ocasión.
A medio día, estábamos en Molina de Aragón, que con 3.000 habitantes es lo más grande a 100 kilómetros de Teruel y 150 de Guadalajara. Cruzamos el puente sobre el río Gallo, ¡con el agua gris ceniza!, apenas se distingía la ondulate vegetación subacuática en superfície y a una cuarta de profundiad, no se distinguia absolutamente nada.
Ya medio-acojonados con la "postal", dejamos el equipaje en la acojedora casita rural y bajamos a almorzar al recomendado Restaurante Rivera, donde por 10 € daban un variado menú del día, abundante y de paladar decente.
En las inmediaciones de Molina de Aragón el Gallo tiene una gestión envidiable, con 3 tramos libres sin muerte: Cuevas Labradas 4 km – Ventosa 3 Km y Rillo de Gallo 10 Km. Más un coto sin muerte (Coto de Ventosa 6 km) el resto es libre (cupo 4 piezas y medida 24 cm.) con sus regatillos afluentes y zonas de cabecera vedadas.
Nos presentamos al río en el s/m de Ventosa, unos a seca y otros a ninfa, para ver cómo respiraban las truchas manchegas en aquellas opacas aguas. Este tramo estaba bastante cerrado de vegetación, tanto en accesos como en el propio cauce, el caudal del río y la temperatura del agua, parecían más de principios de temporada y la actividad de los peces brillaba por su ausencia. Todos los miembros del equipo, estábamos muy perdidos ante tal escenario, hasta el punto de no saber la composición del fondo, las profundidades, la vegetación, etc, etc.
Tras dos horas de pesca totalmente improductivas, y a 0,01 de la desesperación, gracias en parte a los omnipresentes y cansinos “comeojos”, los tábanos y unas moscas acorazadas, que más bien parecían garrapatas y que mordían a su p. madre. Sobre las seis de la tarde, empezaron a verse algunas cebas, Carlos consigue su primera “molinensis” a ninfa y yo me estreno con una hermosura de trucha, con Miguel cantándome la ceba y la seca haciendo honores.
Aquellas truchas son realmente hermosas, de color dorado clarito, con sus bandas claroscuras, adornadas con pintas rojizas y un llamativo ribete rojo a ambos lados de la cola y la adiposa.
Aparece la guardería, nos pide documentación y supervisa los anzuelos, Carlos, el encargado de tramitar las licencias, había dejado la suya en el coche, muy amables y correctos en el trato los guardas le invitan a presentar la licencia en la Delegación de Molina al otro día y nos animan a que sigamos pescando el sereno, además de darnos alguna información sobre la zona y la pesca, como por ejemplo que la semana anterior habían caído 27 litros m2 y el río tardaría unos 15 días en volver a la normalidad, y según ellos (que también eran pescadores) lo más efectivo sería la ninfa. A las 20:00 ya el son se ocultaba en aquel encañonado valle, decidimos dar por concluida la pesca, tocaba descansar y meditar sobre lo visto, lo hecho y lo mucho que quedaba por hacer…
Cansados del largo viaje y cabizbajos por la decepcionante toma de contacto con el río, tocaba ducha, cena, y “digestivos” en el pafeto con más ambiente de Molina, en el que las únicas féminas que nos alegraron la vista estaban colgadas en la pared.
El miércoles 22, día de entreno.
El miércoles bajamos a ver el coto de Ventosa, pues la carretera discurre paralela al río, con el plan de pescar el s/m de Cuevas Labradas todo el día, ambos tramos están enclavados en unos parajes espectaculares.
El color del río seguía siendo el mismo gris cemento, a primera hora de la mañana con 6ºC ni se veían cebas ni eclosiones de ningún tipo. Claro que con solo levantar la vista del río unos momentos, ya estaba compesada la falta de actividad.
Las truchas empezaron a moverse hacia las 13:00 con una eclosión de olivitas y otra vez sobre las 19:00 como preludio de un corto "sereno". El día muy escasito en capturas (en parte también por andar probando cosas) nos fué dando algunas pistas de por donde atacar:
A seca, las truchas eran francas sobre ceba, pero imposibles pescando al agua. El río presentaba infinidad de posturas, pero también muchas contracorrientes en superfície que dificultaban una buena deriva. Gran parte de las truchas que se aposturaban a comer en superfície, lo hacían en la falda de los pozos y delante de piedras sumergidas (con gran preferencia por estas posturas). Tricos oscuros, efémeras rojizas, verdosas, diábolos, hormigas... eran moscas bien aceptadas si no fallaba la presentación.
A ninfa, pude engañar la primera por la mañana con un tandem seca-ninfa, después de muchos intentos y dándole vida con "saltitos". Miguel consiguió 5 piezas con una ninfa roja/negra dándole también cierta animación. La deriva muerta con perdigones no se mostraba todo lo efectiva que esperábamos, y los trabajados gammarus que llevava para la ocasión no dieron ni picada. Al cabo de la jornada, el contador marcaba 12 truchas entre los 4. El posterior encuentro con una pareja de leoneses que juraban habérseles dado bien a seca y a ninfa, tampoco ayudó a levantar la moral.
Nuestro único avance serio, fueron las ninfas de Miguel, así que después de una rápida cena y hasta las tantas, sesión intensiva de montaje: Cabezas doradas, torax negro y abdomen rojo...
¿Será casualidad que se parezcan tanto al bote de Estrella...? Nunca sabe uno de donde puede llegar la inspiración...
La víspera y el Alto Tajo
Tocaba madrugar nuevamente para aprovechar el día, a las 8:00 ya estábamos probando las "Ninfas Estrella" en el Libre s/m de Ventosa durante un par de horitas... pobres resultados y más dudas. Pero ¡qué carallo!, si hoy tocaba catar el mítico Tajo.
Ya el miércoles a medio día habíamos bajado al Puente de San Pedro, donde las opacas aguas del Gallo se mezclan con el esmeralda Tajo. ¡Vaya contraste! y desde el puente, justo en esa mezcla de aguas, unas hermosas truchas se movían con ganas de fiesta en un paraje realmente fascinante... pena que a estas alturas ya estuviera la zona en veda.
No menos impresionante fué el recorrido de unos 8 kilómetros hasta el tramo libre sin muerte que íbamos a pescar en el Tajo. Enfilando una pista forestal paralela al río, nuestra vista no tenía descanso con aquellos cañones, barancos, profundos pozos esmeralda, buitres, corzos, exhuberante vegetación, cuidadas areas de recreo con sus refugios, etc, etc, etc, etc.
Ya en el tramo a pescar, nos sorprendía la temperatura del agua, fría, muy fría, yo apostaría a que no llegaba a los 10ºC, también la profundidad era engañosa, donde parecía de daba por la rodilla llegaba a la cintura, y donde parecía que daba por la cintura... a Miguel le llegó a los sobacos. Las truchas no estaban especialmente activas pero se dejaban ver, otra cosa ya era engañarlas a pesar de su curiosidad. Pescando una bonita tabla con el muelle y una microninfita, y para desesperación del pescador, las truchas, se interesaban más por el señalizador que por el señuelo.
Al final se estrenó Carlos con el gran privilegio de llevar a la mano una codiciada trucha del Alto Tajo, un habitante de las impolutas y cristalinas aguas de cabecera de uno de los ríos mas legendarios de la península.
A las 20:00 era la reunión/sorteo con la Federación en una bonita casa rural "El Molino del Batán". Hicimos algo de tiempo visitando la zona histórica de Molina de Aragón; el alcazar, la judería, el puente romano, la iglesia de San Pedro... ¡Hombre, el patrón de los pescadores!
Pues Manolo y yo, arrodillados (como Dios manda) largamos un Padrenuestro, un Avemaría y le encendios unas velitas... que buena falta nos iba a hacer.
Ya en el Molino del Batán, un hermoso cangrejo señal nos indicó la entrada. Según los guardas, en el Gallo va camino de plaga y algunos ejemplares llegan al medio kilo.
Antes de la reunión y en los siempre valiosos "corros" de pasillo, me entero de que los días de competición no dan almuerzo, que cada uno se tiene que buscar la vida (¡A buenas horas me entero! suerte que por la tarde habíamos comprado embutidos para unos bocatas) también supe que de 14 equipos preinscritos, tres se habían dado de baja. Y entre los allí presentes había cierto mosqueo, pues la inscripción en el campeonato era de unos 900 € por equipo, en los cuales, al contrario que en años anteriores, ni se incluia alojamiento ni comidas. La idea general es que el campeonato tiene los días contados, y no es de extrañar, pues por esos dineros lo que sobran últimamente en España son campeonatos oficiosos, con un altísimo nivel y donde se cuida hasta el último detalle. Polémicas a parte, también se comentaba que el río estaba difícil, que tenía muchas y buenas truchas, pero que era muy técnico para la ninfa en esas condiciones, que en Cuevas Labradas lo tenían acribillado los Valencianos, Madrileños y Leoneses todo Agosto, y las truchas sabían latín... ¡Vaya novedad!.
Pero... ¿Quien dijo miedo?, tocaba cenar y poner al día los pormenores, y como buenos gladiadores antes de la lucha, nos metimos entre pecho y espalda un cabrito frito, especialidad de la zona que allí conocen como cabrito al montón y que estaba de vicio. Unos "digestivos" en el pafeto de "la polaca"... y a pensar en positivo.
La Batalla
A las 7:15 del viernes 24, todavía amaneciendo y con escasos 8ºC, escuadras de lanceros de primer orden presentaban armas en el Barranco de la Hoz, el lugar de encuentro.
Mientras esperábamos las plicas que traería la gente de la Federación. Vimos cómo de una Berlingo, saltaban al asfalto, cuatro tipos perfectamente uniformados; wader del mismo color, polo negro y gorra, solo les faltó, el contrapié y el saludo marcial. ¡Cajundiós nenos, aquí hay nivel... era el "Castropinos-Team"!. También ellos usarían un solo coche para los desplazamientos a los tramos, pues la carretera paralela al río y la buena señalización de los tramos, así lo permitían. De esta forma, el que bajaba al último tramo le tocaba llevar el coche y a la vuelta recogía a los demás. En la logística, al menos, furrulamos como los grandes.
Me tocó en "suerte" pescar a primera hora el tramo 2 en el Coto de Ventosa, que incluia el "Pozo del Infierno", en el que se ahogó un cura hace la pila de años, (Es lo que tiene llevar un control autóctono, que además de pescar, uno se culturiza) solo conseguí dos truchas fuera de talla y una de ventipico que se me soltó a punta de sacadera. Me había comido un buen rosco y controlaría después en el mismo tramo al que acabó segundo en la individual, anotando 4 truchas, tres de ellas en los últimos 10 minutos. Nada como controlar el tramo que uno ha pescado para ver el planteamiento del rival y testar los fallos y aciertos de cada uno.
Un detalle que marcó el campeonato fue la inutilidad del movil por falta de cobertura en toda aquella encañonada zona. Todo era de "oidas" según los jueces y la gente de la organización en su paso por distintos puestos. Personalmente me gustó, pues el "aislamiento" de los competidores era muy alto y el campeonato ganaba en pureza.
Al reunirse el equipo a medio día, constatamos que nos habíamos tragado 4 ceros en la primera manga, una pesada losa en cualquier campeonato y además la sombra de colistas se cernía sobre nosotros. Manolo y yo fallamos en el Coto de Ventosa donde no podíamos errar. Pues Carlos y Miguel que les tocó bajar al Libre s/m de Cuevas Labradas poco pudieron hacer en una primera manga donde solo se anotaron 4 truchas... ¡¡¡Y eso que pusimos las velitas a San Pedro!!!
La parte positiva, vino al poner en conjunto las observaciones de cada uno, y detectar nuestro principal fallo: LA FALTA DE CONFIANZA. Pues todos coincidimos que durante las horas de control, la forma de afrontar los tramos por nuestros rivales era muy similar al nuestro, las ninfas y moscas usadas, resultaron variadas y nada fuera de lo normal, las grandes diferencias las venían marcando los más curtidos del mundillo por su enorme técnica y también los ribereños que además de no ser mancos, conocían el campo de juego, y tenían "algo" que les funcionaba muy por encima del resto... pero esa ya no era nuestra guerra.
Afrontamos las restantes mangas dando por saldada la novatada y con renovada mentalidad, así, y gracias a una gran exigencia personal y un auténtico trabajo de equipo (algo verdaderamente satisfactorio) conseguimos mejorar y afinar técnica y estrategia, superando el bache inicial y alcanzando finalmente el 9º puesto, que viendo el nivel y las circunstancias, nos supo a gloria.
Es obligado destacar la buena acogida y disposición por parte de la sociedad local (Sociedad Río Gallo), y las buenas migas que hemos hecho con gente de otros clubes.
Dejo aquí una dedicación especial a Ricardo, "El gallego de Molina", nacido en Santiago de Compostela allá por los 50, y que entre otras muchas anécdotas, recordaba perfectamente, cómo de rapaz pescaba sus buenas truchas en el Sarela. Y en el Gallo, por lo que yo mismo pude comprobar durante dos magistrales horas, tampoco se le daba mal.
Al final, salieron 385 piezas válidas en los dos días de campeonato, truchas bravas y de buen porte para el tamaño del río, donde los 30 cm no fueron anecdóticos y la pieza mayor estiró el metro hasta los 50 cm.
Capturas de nuestro equipo por manga: 0+0+0+0 // 4+6+0+3 // 2+1+1+0 // 4+5+3+0
Capturas de los campeones por manga: 7+2+1+0 // 12+7+0+0 // 2+1+1+3 // 4+1+9+7
CLASIFICACIONES:
Por equipos: link
Individual: link