La Sociedad de Pescadores de Santa Comba, tenía programada desde hacía varios meses, una saca selectiva de árboles derribados en el río, las fechas no podían ser otras, pues había que esperar a que los ganaderos recolectaran el omnipresente maíz de las fincas ribereñas. Y cayó el diluvio.
El sábado día 2 de octubre, tocaba cumplir con la primera de las jornadas marcadas para los trabajos anuales de restauración del río, priorizando siempre las tareas según esta premisa: Primero se trabaja para el río y después para los pescadores.
Doce valientes se presentaron el sábado plantando cara al temporal. Divididos en dos cuadrillas, unos limpiaron la escala de Brandomil, que estaba totalmente atascada con enormes piedras y ramas, el porqué de este atasco lo sabrán Dios y los impunes furtivos. Los mortales simplemente nos lo imaginamos y le dimos solución al tema.
Los otros, le dieron duro en Esmorode para mover todos los árboles posibles antes de que el río subiera.
A partir de aquí y hasta el viernes 8, cayeron por tierras xalleiras, nada menos que 195 litros de lluvia por metro cuadrado, y adios muy buenas a la saca de árboles para esta temporada, así que para las jornadas programadas el sábado 9 y domingo 11 ante la imposibilidad de meterse al río, tocó adecentar sendas:
Cuadrilla Outeiro
Cuadrilla Truebe
Senda Outeiro
Senda Truebe
El mayor esfuerzo lo llevó recuperar el área fluvial de A Pereira, abandonada a su suerte durante años por la Administración Local. Igual después limpiarlo los pescadores y de sacarlo en prensa (VER ARTÍCULO DE LA VOZ) les viene la vergüenza y acaban lo empezado hace más de un lustro.
Cuadrilla del sábado 9 desbrozando A Pereira.
Cuadrilla del domingo 10 en A Pereira con área fluvial totalmente desbrozada.
Tampoco faltó la retirada de plásticos y otras inmundicias en el río Abuín o mejorar la permeabilización del Regato da Carballeira para facilitar a los reproductores el acceso a su cabecera.
Entre pitos y flautas, nos juntamos 53 socios a dar el callo entre las tres jornadas marcadas, alguno hasta repitió varios jornadas y otros por libre quedaron encargados de rematar algunas labores cuando el río lo permita. Mas allá del trabajo realizado, lo verdaderamente gratificante es comprobar cómo todavía queda gente que entiende aquello de que EL RÍO ES DE TODOS. Pena que una mayoría lo vea desde aquello otro de EL RÍO NO ES NUESTRO, y que suele venir acompañado del "Que trabajen los de medio ambiente, que también el río es suyo". En fin, como hay cosas que no cambirán en dos días, nosostros para el próximo año, más y mejor.