El día 1 del més 1 del año 2011, tras reactivar las neuronas con unos genuinos churros "da feira" con chocolate "da casa", uno se pregunta si el río seguirá corriendo para el mismo lado. ¡Vaya dilema! .El día viene con sol así que no hay excusa para no acudir a las riberas y aclarar semejante duda.

La mentalidad de pescador no deja que la arbitrariedad guíe sus pasos a las orillas, la idea no es solo ver correr el agua, lo que uno verdaderamente desea, es ver la intimidad del río, ser testigo de la frenética actividad a la que se entregan sus más preciados habitantes en estas fechas.

Es la época en que truchas, reos y salmones hacen sus camas de grava, en algunas zonas, las hembras han dejado las piedras "niqueladas" de tanto batirlas. Se ven camas de freza en varias graveras, algunos ejemplares todavía custodian la suya, y otros andan acomodando el nido.  ¡Bonito espectáculo para empezar el año!

Aspecto de un dorado y concurrido frezadero.

Ver escaparse alguna trucha es fácil, ¡Asustar a los peces siempre fué sencillo! pero si uno se mueve con sigilo, explorando con la vista cada recodo de las graveras, si se es capaz de acercarse, y ver sin ser visto, el mágico espectáculo está servido. Será relativamente sencillo distinguir a la hembra, mientras bate con su aleta caudal el fondo y muestra su plateado vientre. Y al macho dominante, muy celoso, lo delatan las incesantes carreras tras los más pequeños y tozudos pretendientes. Ya lo dice el refranero del trucho, "Tiran más dos aletas, que un par de Sagarras"  

El juego de luces y colores, esconde una hermosa pareja de truchas sobre su cama de freza.

Con la misma excusa e intención, fuí a visitar otro río vecino, al que suben a desovar los reos, el estado de la freza era el mismo, con varios nidos hechos, y con varios grupos de freza todavía formados y repartidos por distintas posturas. Aparte del buen porte, llamaba la atención en esta curiosa pareja de reos, su distinta librea, siendo el macho totalmente plateado y la hembra cobriza. Justo detrás de ellos, una trucha macho, cruza por enésima vez la línea de tolerancia del dominante, a pesar de haber llevado ya sus buenos apretones. Y me pregunto yo, de esta mezcla de libreas ¿Saldrán mitad de las crias plateadas y mitad cobrizas?... ¿O saldrán a rayas?

Pareja de reos y macho satélite sobre cama de freza. 

¡Hay! que se me olvidaba, el río sigue corriendo para el mismo lado, pero si quereis bajar vosotros mismos a comprobarlo, recordad lo comentado y mucho ojo, que esta actividad se come el tiempo y además crea adicción. 

Por otra parte, no estaría demás que los que nos consideramos pescadores, le hiciéramos alguna visita al río en época de veda, que además de disfrutar del paseo, seguro que espantábamos algún cormorán o incluso algún HijoPuta, que desgraciadamente, en nuestros ríos y por estas fechas, abundan tanto o más que los primeros.