18 agosto 2007
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El Xallas nace manso y se vuelve espumoso, rápido y salvaje en su tramo final. Belleza, tradición y mito para unos, simple agua que se pierde en el mar para otros. Estos últimos han conseguido domar su parte final, aprovechando hasta la última gota de toda esa fuerza para generar dinero en forma de electricidad... es una historia muy conocida, pues es la historia de siempre, en este país de pillos y caciques.