Vaya alegría me acabo de llevar, se me han erizado hasta los pelos del cogote. Y es que guardo viejos y fuertes vínculos con mi Xallas alguno casi tan fuerte como el de la pesca.

Hace ya demasiados años, cuando aquel mozalbete se metía 15.000 km/año dándole al pedal, cuando su peso estaba entre los 63-65 kg., el índice de grasa coroporal en el 12-14%, el "ralentí" en 42 ppm (pulsaciones por minuto) con el umbral anaeróbico alrededor de las 183 ppm y las piernas eran capaces de desarrollar 450W durante un minuto... había una cosa que le sacaba el sueño. Subir la cuesta del Ézaro sin poner pié en tierra.

Había que salir mentalizado de casa, echando un nombre del padre y con la bicicleta bien ajustada. Llanear por el valle del Xallas dirección Cee, 40 kilómetros facilones y muy recomendables para coger el tono y valor necesarios. El granítico coloso del Pindo se presentía aunque no se enseñaba hasta tenerlo encarado, piedra desnuda y escarpada en medio de los redondeados y verdes montes vecinos, en su seno, un río que desemboca en cascada en el fin del mundo.

Si amigos, aquella infernal carretera que empieza al nivel del mar con firme de hormigón porque el alquitrán no se aguanta. Aquella subida mágica que deja Finisterre a tus espaldas. Aquella puta cuesta que hacía rechinar el cuadro y manillar de la Bianchi tanto como mis dientes, donde el equilibrio sobre la bicicleta era tan necesario como la fuerza para escalar, a paso de caracol y haciendo zig-zag, aquella primera rampa. Máximo esfuerzo, máxima concentración.

El premio: Llegar al mirador, desanclar los pies de los pedales y sentarse recostado en el cuadro de la "burra" mirando a poniente.

Masticar lentamente la barrita de muesly, el imprescindible plátano y darle unos sorbos al Aquarius. Sentirse el "puto amo", grabar mentalmente aquella sensación de bienestar con un puntito de levitación incluido (la insensibilidad y flaqueo de las piernas al bajar de la bicicleta obran el milagro de la levitación) echar una meada, y antes de enfriar del todo, volver a la realidad planeando el duro regreso a casa. Generalmente por Carnota, subir la cuesta de Carnota (7 Km con un 7%) después de aquello era gloria bendita.

Joer qué ilusión me hace, ¡¡¡LA VUELTA A ESPAÑA TIENE UNA ETAPA CON FINAL EN O ÉZARO!!!

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